Materiales:
- Caja de guantes vacia.
- Cola blanca.
- Papel higienico.
- Pintura
Cada niño forrará su caja con papel higiénico, procediendo de la forma siguiente: se pinta de cola una parte de la caja y a continuación se le van pegando trozos de papel higiénico, procurando que estos trozos sobresalgan tanto por la parte de debajo de la caja como por la parte del agujero superior, para finalmente encolar, doblar y pegar las partes que sobresalen, hacia debajo y hacia dentro del agujero.
Terminada esta primera capa, repetiremos la misma operación pero esta vez procuraremos que al pegar el papel higiénico vaya formando arrugas desiguales. Por último pegaremos una tercera capa, arrugando el papel hasta conseguir una superficie extremadamente rugosa. Después tendremos de esperar que se seque.
Segundo día: Para este día necesitaremos, los pinceles, pintura acrílica, algunos trozos de esponja y un poco de purpurina dorada.
Una vez seco el forro rugoso de la caja, se pintará toda ella del color elegido y cuando esta pintura ya esté secándose (20 minutos), pasaremos un trocito de esponja untada con purpurina, rozando las partes más salientes de la superficie arrugada.
Si terminada esta tarea, nos quedan ganas de darle a la caja un toque de distinción, podemos pegarle en forma de pequeño centro floral, algún detalle, con hojas secas, briznas de paja o florcillas artificiales, como hicimos en la que aparece en la foto.
La caja una vez terminada, se le pueden dar utilidades muy variadas que en nuestra experiencia van desde servilletero, hasta caja para guardar los tiques mensuales de la compra.
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